El prolapso uterino, una condición que afecta a un número significativo de mujeres, se caracteriza por el descenso del útero hacia la vagina o incluso su exteriorización, debido al debilitamiento de los músculos y ligamentos del suelo pélvico.
Si bien existen diversas causas que pueden contribuir a su desarrollo, entre las más comunes encontramos los partos vaginales, especialmente aquellos con instrumental, traumatismos obstétricos, estreñimiento crónico y el levantamiento incorrecto de peso.
Como profesionales de la salud, es fundamental que comprendamos en profundidad esta condición, sus causas, síntomas y opciones de tratamiento, para poder brindar a nuestras pacientes un abordaje integral y personalizado.
En este artículo, abordaremos qué es el prolapso uterino, cuáles son sus síntomas y cómo tratarlo eficazmente.
¿Qué es el prolapso uterino?
Como ya hemos comentado, el prolapso de útero es la caída o descolgamiento del útero (matriz) sobre la vagina, como consecuencia del debilitamiento de los músculos de la pelvis. Además, puede acompañarse del descolgamiento de otros órganos pélvicos o de prolapso rectal, de rectocele o de cistocele. Es una enfermedad muy frecuente en mujeres.
Algunos estudios recientes confirman que el prolapso uterino afecta a más del 50% de las mujeres que han dado a luz. Esta condición suele manifestarse típicamente a partir de los 45 o 50 años, coincidiendo frecuentemente con el inicio de la menopausia. Además, se observa una mayor incidencia entre las mujeres de 60 a 69 años.
¿Qué causa el debilitamiento del suelo pélvico?
Existen diversos factores que pueden contribuir al debilitamiento del suelo pélvico, y por consiguiente a un prolapso uterino, entre los que encontramos:
- Partos vaginales: Especialmente aquellos con instrumental o partos múltiples.
- Traumatismos obstétricos: Desgarros o laceraciones durante el parto.
- Estreñimiento crónico: El esfuerzo excesivo para defecar puede debilitar el suelo pélvico.
- Levantamiento incorrecto de peso: Realizar esfuerzos físicos sin la técnica adecuada puede sobrecargar el suelo pélvico.
- Obesidad: El sobrepeso aumenta la presión sobre los órganos pélvicos y el suelo pélvico.
- Envejecimiento: Con la edad, los músculos y ligamentos tienden a perder fuerza y elasticidad.
- Cirugías pélvicas: Algunas cirugías, como la histerectomía, pueden afectar el suelo pélvico.
Enfermedades crónicas: Algunas enfermedades como la tos crónica o el asma pueden aumentar la presión intraabdominal y debilitar el suelo pélvico.
Síntomas que alertan sobre un posible prolapso uterino
Existen diferentes señales que nos pueden alertar sobre la presencia de un prolapso de útero:
- Sensación de tener un bulto o algo que sobresale por la vagina: Esta sensación, descrita a menudo como un «bulto» o «presión» en la vagina, es uno de los síntomas más comunes del prolapso uterino. Puede ser más evidente al realizar esfuerzos físicos como toser, levantar peso o ir al baño.
- Pesadez y dolor en la zona del bajo vientre: Un dolor o molestia constante en la zona inferior del abdomen,similar a una presión o un «tirón», puede ser un indicio de prolapso uterino. La intensidad del dolor puede variar y empeorar con la actividad física o al estar de pie durante largos periodos.
- Dolor en la zona sacro-lumbar: El dolor en la parte baja de la espalda, a menudo descrito como «dolor lumbar» o «dolor en la zona sacra», puede ser otro síntoma asociado al prolapso uterino. Este dolor se produce debido a la alteración de la posición del útero y el aumento de la presión sobre la zona lumbar.
- Estreñimiento o molestias al defecar: El prolapso uterino puede afectar el funcionamiento intestinal, causando estreñimiento, dificultad para evacuar las heces o una sensación de evacuación incompleta. Esto se debe a la presión que ejerce el útero prolapsado sobre el recto.
- Dificultad y/o dolor durante las relaciones sexuales: El descenso del útero puede interferir en las relaciones sexuales, causando dolor, molestia o dificultad para la penetración. La penetración profunda puede ser especialmente incómoda o dolorosa.
- Alteraciones urinarias: El prolapso uterino puede afectar la vejiga, ocasionando diversos problemas urinarios como:
- Incontinencia urinaria: Pérdida involuntaria de orina, especialmente al realizar esfuerzos físicos, toser o reír.
- Aumento de la frecuencia urinaria: Necesidad de orinar con mayor frecuencia de lo habitual, incluso durante la noche.
- Urgencia urinaria: Sensación repentina e intensa de necesidad de orinar, que puede ser difícil de controlar.
- Ligero sangrado: En algunos casos, el prolapso uterino puede causar un ligero sangrado vaginal, especialmente después de las relaciones sexuales o al realizar esfuerzos físicos.
Es importante destacar que no todas las mujeres con prolapso uterino experimentan todos estos síntomas. La gravedad de los síntomas y su presencia o ausencia varían de una paciente a otra.
El diagnóstico del prolapso uterino se realiza mediante un examen físico y, en algunos casos, pruebas complementarias como ecografía o resonancia magnética.
Estrategias para abordar el prolapso uterino
El abordaje del prolapso uterino debe ser integral, adaptándose a las características individuales de cada paciente y al grado de severidad de la condición. Su mejoría o resolución dependerá del grado de prolapso, de la edad de la paciente, del tiempo que lleve con dicho prolapso… Pero hay ciertas medidas que se pueden adoptar para mejorar el estado del suelo pélvico:
1. Ejercicios de suelo pélvico y activación muscular abdominal profunda: Fortalecer la musculatura del suelo pélvico y la zona abdominal resulta fundamental para mejorar el soporte uterino y prevenir el empeoramiento del prolapso. Los ejercicios hipopresivos, diseñados para activar la musculatura profunda del abdomen, también son de gran utilidad.
- Control del peso y hábitos posturales: Evitar el sobrepeso y mantener una postura correcta al realizar actividades cotidianas, como levantar peso, toser o estornudar, contribuye a reducir la presión intraabdominal y aliviar la carga sobre el suelo pélvico.
- Fisioterapia especializada: La fisioterapia desempeña un papel crucial en el tratamiento del prolapso uterino, sobre todo en prolapsos de grado I y II. Un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico puede diseñar un programa de ejercicios personalizados para fortalecer la musculatura, mejorar la propiocepción y corregir hábitos posturales inadecuados. El objetivo será prevenir el prolapso, y si ya la hubiese, reducirlo.
- Biofeedback: Esta técnica de biorretroalimentación permite al paciente visualizar la actividad de su musculatura pélvica en tiempo real, facilitando un aprendizaje más efectivo de los ejercicios y una mejor contracción y relajación de los músculos.
- Pesarios: En algunos casos, el uso de pesarios puede ser útil para recolocar y mantener los órganos prolapsados en su lugar. Estos dispositivos se introducen en la vagina y ejercen una presión suave sobre los tejidos.
- En los casos de prolapso uterino de grado III y IV, se suele recurrir a la cirugía combinada con fisioterapia pre y post operatoria.
Capenergy: tecnología de vanguardia para el tratamiento del prolapso uterino
La radiofrecuencia vaginal se ha convertido en una herramienta terapéutica de gran eficacia en el tratamiento del prolapso uterino. Esta tecnología no invasiva permite estimular la producción de colágeno y elastina en los tejidos del suelo pélvico, fortaleciendo la estructura y mejorando la elasticidad de la zona.
Capenergy, empresa pionera en el desarrollo de dispositivos de radiofrecuencia para el tratamiento de disfunciones del suelo pélvico, ofrece soluciones innovadoras y efectivas para abordar el prolapso uterino. Siendo la única empresa que ha diseñado un dispositivo específico para el tratamiento intracavitario que cuenta con sensor de temperatura y nos permite hacer tratamientos de distintas áreas a nivel vaginal, al mismo tiempo que estimulamos la producción de nuevo colágeno.
La fisioterapeuta podrá servirse del dispositivo para trabajar a la vez puntos gatillo, adherencias o cicatrices. Pudiendo alcanzar temperaturas de más de 41ºC con lo que nos aseguramos la formación de colágeno,sin dejar de ser un tratamiento agradable para la paciente, que solo percibe una sensación ligera de calor.
A partir del equipo C200 de Capenergy, que integra dos canales, podemos hacer un tratamiento integral del suelo pélvico, tanto interno como externo, duplicando la potencia y optimizando los resultados en menos tiempo.
Beneficios de la radiofrecuencia Capenergy en el tratamiento de prolapso uterino
- Estimula la producción de colágeno y elastina, fortaleciendo los tejidos del suelo pélvico.
- Mejora la elasticidad y la tensión de la musculatura vaginal.
- Reduce la flacidez y el prolapso de los órganos pélvicos.
- Alivia los síntomas asociados al prolapso uterino.
- Tratamiento ambulatorio, indoloro y no invasivo.
- Resultados visibles y duraderos.
En resumen, el prolapso uterino es una condición que afecta a un número significativo de mujeres y requiere un abordaje integral y personalizado. En este sentido, La radiofrecuencia Capenergy se posiciona como un aliado clave en el tratamiento del prolapso uterino, estimulando la producción de colágeno y elastina en los tejidos del suelo pélvico, fortaleciendo la estructura y mejorando la elasticidad de la zona. Y por tanto, mejorando la calidad de vida de las pacientes.
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